Aventureros, deportistas, parejas de enamorados, admiradores de la belleza paisajística y de la fotografía, niños o turistas de juventud prolongada suben aproximadamente 20 minutos para disfrutar de esta significativa construcción que encierra elementos de orden histórico, políticos y sociales.
La construcción del faro surge de un acuerdo entre el gobierno de Venezuela y un holandés de Bonaire llamado Cornelius Boye, quien gozaba de permisos para explotar productos naturales de los cayos en Los Roques y quemar cal pero a cambio debía construir un faro.
El holandés inició la construcción en 1862 pero poco tiempo después la abandonó y no cumplió con su parte del trato, por lo que el gobierno anuló la concesión y 1874 se encargó de construir el faro.
Por el deterioro, el faro a sufrido por lo menos dos remodelaciones a lo largo de su historia para que hoy podamos conocer una edificación sencilla en la montaña más alta de Los Roques.
Numerosos turistas visitan este hito histórico del Parque Nacional para observar desde la cima un inspirador amanecer o atardecer. También se pueden ver los cayos más cercanos, el pueblo y en los días muy despejados es posible distinguir por el sur el Ávila de Caracas y por el sureste la isla la Orchila.
Ya sea por diversión, relajación, captura de momentos especiales del paisaje o ejercicio, no puedes dejar de conocer el famoso Faro Holandés en Los Roques, el rincón más bello de Venezuela.
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